martes, 12 de agosto de 2008

Exceso de señales

Para mí, al menos desde hace 5 minutos, la intuición no es más que la capacidad de uno mismo para capturar las señales que flotan en el ambiente. Quizá el problema esté en que las señales sean sólo eso, señales, y no historias completas como definen las corrientes más espirituales. De la misma forma que otros inventan marcos para esas historias incompletas, yo enebro planes imperfectos con las señales que me llegan últimamente. Y se obtienen bordados: Unos quedan más optimistas y otros menos, pero hay donde elegir. Aunque no puedo engañarme: Las señales generales son excesivas y negativas. Lo único se parte en dos, lo especial se difumina en una rutina que llega en el momento más fascinante y menos rutinario imaginable, y las interpretaciones van cayéndose hasta dejarme solo un par de elecciones, a lo sumo 3, en la historia.

Quiero pensar que este exceso de señales es el comienzo de una historia: Tal vez esa historia no sea más, no lo niego, que producto de un exceso de señales aún mayor proporcionado por un fracaso inspirador. Y puede que las señales me regalen una historia que contar en vez de una que vivir, que de éstas últimas, mas baratas o más glamourosas, siempre hay en la lista de acciones pendientes. En cualquier caso, a estas alturas de blog, fijarse en el exceso y no en la fatiga debe ser una buena señal.

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