lunes, 29 de agosto de 2011

No me pidas consejo...

Hace tiempo que no digo nada y el mundo sobrevive sin zozobras relevantes. No es que ya no tenga nada que decir, es que no encuentro los motivos para abrir la boca o empuñar la pluma. Sé que me llevaré muchas cosas conmigo por no dejarlas fluir, pero nadie las echará de menos: alguien dirá algo parecido, estamos llenos de filósofos baratos y casi tan presuntuosos como yo.

Y después de todo, como si nada, pregúntame si quieres como llevo el fracaso y qué fue de los sueños de juventud, darling.

martes, 11 de enero de 2011

Una verdad aplastante

A veces se llega al final de un camino de la forma más insospechada. Así fue exactamente como yo llegue a la madurez: el día que me di cuenta que, elegida la soledad, me veía eternamente obligado a limpiar la putrefacta suciedad de mi propio cubo de basura, más allá de cualquier tipo de riqueza material posible.

sábado, 8 de enero de 2011

Mapas empeñados

Sueño y me despierto apoyado en una puerta que no esconde detrás más que una habitación vacía. Intento disimular, pero al final alguien notará que el chasquido de los dedos con los que me llaman denotan ese sonido a hueco tan peligroso. Las contradicciones se suceden con tal celeridad que apenas puedo recordar en que punto se han quedado mi frágil honestidad y mi dudosa credibilidad. Y todos los mapas que había utilizado hasta ahora se encuentran empeñados por pensar que ya no los necesitaba; quizá simpre estuvieran empeñados, empeñados en decirme que andaba equivocado. Sin duda, me encuentro más perdido que nunca, y con un sólo rayo de esperanza: Sólo en las situaciones límite nos atrevemos a tomar decisiones realmente valientes. Espero estar a tiempo...