sábado, 26 de julio de 2008

Para los que buscan...

Hoy seré breve. Una cita únicamente, suficientemente popular para no necesitar explicación ni, admito, pecar de original. Pero las citas son de los momentos, y a los momentos no se se les puede decir cuando deben llegar:

Y fueme peor, como v.m. verá en la segunda parte, pues nunca mejora su estado quien muda solamente de lugar, y no de vida y costumbres.

(El buscón. Francisco de Quevedo y Villegas).

miércoles, 23 de julio de 2008

Las 10 del 22: Julio 2008

Dubitativo. Perdiendo la memoria. Trazando nuevas carreteras que se cruzan con anteriores bocetos sin ser consciente de ello. "¿Le ocurre algo, caballero?", te repiten varias madres primerizas que chocan con tu ensimismamiento. Tú no respondes, pero diriges la mirada más allá del horizonte. Un nuevo número avanzando, un nuevo 22. Un recuerdo, o varios, te rodean, pero quien sabe si son los adecuados. Tiendas. Papeleos. Respirar con dificultad por la fatiga. Sentir la sangre avanzar. Perderte en la humanidad mientras el tiempo pasa, para luego no acordarse de nada. Para siempre solo llega hasta el domingo. Y el domingo contarás los días perdidos para iniciar una nueva lucha. En definitiva, cada vez estás más seguro y dispuesto a apostarte el destino que con cada anochecer se va estrechando, como la manta que ya deja al descubierto mis pies.

Varios te han visto llegar hasta aquí. Te han acompañado, aunque tú no las llamaras para eso. Es bueno dejar constancia de las 10 del 22:

1. Losing my religion. Rem.
2. Why can't we be friends. War.
3. Fallen. Sarah Mclachlan.
4. Take my breath away. Berlin.
5. Your love is a lie. Simple Plan.
6. Yellow Ledbetter. Pearl Jam.
7. Bad day. Rem.
8. Leann Rimes. Please remember.
9. Tarde de domingo rara. Amaral.
10. Jet Lag. Iván Ferreiro.

Por último, felicitar a Viktor Faccuy: Mañana cumplirá un año su blog. Más de lo esperado, ¿no?

jueves, 10 de julio de 2008

La marca de la gloria

Creía que conocía ese estado inexplicable en que las emociones te superan, y tus actos parecen guiados pon una terrible cascada, incontrolable, de alegría extrema. Ahora sé que era solo adrenalina.

La gloria es ese vacío interior que queda cuando se consigue algo realmente anhelado: Lo sabrás cuando lo sientas: Si tienes dudas, es que no lo era. Y es que el motivo de la gloria, una vez alcanzada, desaparece y provoca vértigo. Ni siquiera te deja escribir con soltura. No puedes mirar a los ojos de los demás. Te ruborizas de tus propias sensaciones, incluso en soledad. Resoplas, y te convences, de que nunca jamás habías vivido algo así. Los ojos llorosos, el corazón resquebrajado, el estómago hecho un nudo, la imposibilidad de escuchar una canción como lo hacías hace solo un par de días. Viktor, la marca de la gloria es todo eso, y sobre todo vivir para contarlo, a sabiendas de que nadie te podrá entender.