lunes, 29 de agosto de 2011

No me pidas consejo...

Hace tiempo que no digo nada y el mundo sobrevive sin zozobras relevantes. No es que ya no tenga nada que decir, es que no encuentro los motivos para abrir la boca o empuñar la pluma. Sé que me llevaré muchas cosas conmigo por no dejarlas fluir, pero nadie las echará de menos: alguien dirá algo parecido, estamos llenos de filósofos baratos y casi tan presuntuosos como yo.

Y después de todo, como si nada, pregúntame si quieres como llevo el fracaso y qué fue de los sueños de juventud, darling.

No hay comentarios: